Victor von Doom
Los titulares de prensa no hablan de eso. Es en la página diez del Daily Bugle donde aparece en una pequeña columna la noticia.
LATVERIA LIBERADA POR HYDRA: Una nueva era para la joya de Europa Oriental.
El asiento del avión es incómodo y el niño junto a él le pega constantemente con su muñeco del Capitán América. Era clase turista o el riesgo de ser atrapado por algún agente de Hydra.
A esto hemos llegado. Los terroristas se hacen llamar a si mismos luchadores por la libertad y adquieren carta blanca para hacer lo que se les da la gana en Europa. Es un momento oscuro para el mundo. El primer paso para el fin del mundo.
-¿Podría decir a su niño que deje de molestarme?
-No lo está molestando, se está expresando. Estúpido europeo chovinista, no entiende que es libre porque América así lo quiere. Todos ustedes estarían hablando alemán si no fuese por nosotros.
Siente ganas de retirarse la máscara y apretar con sus propias manos el cuello delgado del infante hasta que haga "Glub", y desatar su furia contra la estúpida burguesa arribista que no es capaz de criar a su engendro, pero sabe que sería imprudente.
Cada hora en el avión es un calvario. La película del vuelo es una comedia de Goldie Hawn, la comida es una tortura a la que nunca sometió al más despreciable de sus reclusos, la azafata se niega a servirle licor porque está sentado junto a un niño.
Una hora y media después el niño se orina en la silla. Le calcula unos diez años.
-Disculpe, ¿no va a limpiar eso?
-Para eso están las azafatas. Igual siempre limpian todo entre un vuelo y otro.
-Faltan seis horas de vuelo.
La madre no contesta y el niño intenta violar su brazo con el pelvis plástico del Capitán América.
Los ronquidos del francés que está sentado frente a él hacen imposible que al menos reconcilie el sueño. A pesar de todo, hay un momento de felicidad para el doctor: el preadolescente dejó caer el escudo del Capitán en sus manos.
-Sanctum, Potest Ne Mater Tua Suere, Aer Fatum Feces Inritus.
Se sintió un poco culpable al usar un hechizo de su madre para maltratar a un pequeño niño, pero cuando comenzó a saltar sobre la silla, supo que había hecho lo correcto. Si no hubiese lanzado esa maldición en ese momento preciso, estaría teniendo que soportar las inmundas heces de este pequeño monstruo.
Algún día te salvaré del infierno madre mía. Su gratitud ante los sabios hechizos de su mamá casi lo hizo llorar. No lo hizo porque aprendió que era terrible para la máscara de acero, y para el maquillaje, pero lo sintió lo suficiente.
-Mamá, me siento mal.
-No te preocupes amor, ya no falta tanto para llegar.
-Mamá que me siento mal, perra, consígueme un médico.
-Espera un poco cariño.
-Jódete perra, búscame un doctor rápido o le digo a mi papá donde estuvimos.
-Cállate precioso.
Las horas pasaron mucho más rápido, y pronto el avión aterrizó sobre el JFK, en donde el sonido de las ruedas golpeando el suelo le recordó los sonidos del O Fortuna. Era posible que este viaje no fuese una desgracia.
Cuando salió, un grupo de manifestantes esperaba a la entrada, cargando letreros que decían "Latveria Libre" y "Regresa a tu país a enfrentar tu Ruina". Creyó reconocer a un hombre gordo de abrigo café que cargaba un letrero que decía "Tú no eres realmente un doctor", pero era imposible que ese sujeto estuviese libre, o incluso, vivo. Pensó que era imposible que alguien usara botas verdes en esta época, pero se negaba a pensar que fuese él. Los protestantes no lo reconocieron, pero seguramente estaban informados de que llegaría.
En la entrada, con un letrero que decía "Kristoff", lo esperaba el único amigo que le quedaba en el mundo.
-Hola Reed. Tiempo sin verte.