10.21.2004

May Parker

Padre,

escribo esto, porque en los días que vienen escucharás cosas que prefiero que sepas a través de mí, en mis palabras, no en las de todas esas personas que llegarán de mi escuela.

No soy normal, no sé que tan enterado estés de esto, pero no soy como otras personas. Paso mis días aislada, tratando de esconder todo lo que soy, protagonizando una farsa cada día que estoy tras las paredes de la escuela, caminando y hablando como si fuese una de ellos.

Vivo junto a ellos, sabiendo que soy mucho más de lo que ellos podrían soñar ser. Los veo como fraudes, con sus conversaciones ridículas y creyendo que el mundo se reduce a cosas de chicas y chicos, rumores y sexo.

Conozco un mundo distinto, lugares que muchos de ellos jamás llegarán a ver, sensaciones que ignoran que puedan existir. Y una fuerza que tal vez es fortalecida por el secreto.

Me muevo a un ritmo distinto, corro peligro, armo telarañas por doquier, cambio mi voz y proyecto una imagen radicalmente distinta a la que conocen de mí.

Pero cada día es más difícil, siento que mi forma de moverme o de pensar me delatarán, que alguien entenderá la causa de mis ausencias. Hay madrugadas que despierto de pesadillas donde quedo expuesta al juicio de los extraños.

Mañana llegará una notificación de la escuela. Tendrás que ir, te contarán todo esto que ha pasado, te dirán "lamentamos informarle" y continuarán hablando por mucho rato, rodeando la razón de mi expulsión, te hablarán de mi comportamiento errático, tratando de evitar usar la única palabra que puede identificarme.

Lesbiana.

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